jueves, 22 de septiembre de 2011

Unidad II: Contenidos: organización y secuencia

A la hora de seleccionar y organizar los contenidos a trabajar durante el año, los docentes no partimos de cero. Es preciso enmarcar nuestras decisiones en el contexto del PCI (Proyecto curricular institucional) de la institución. En esta unidad vamos a detenernos en el proceso de organización y secuenciación de contenidos en el aula. Poner el acento en esta instancia no implica olvidarnos de los niveles más amplios de planificación, ya que son el contexto de nuestro proyecto áulico.
Este trabajo de organización no supone la aplicación mecánica de técnicas para distribuir los contenidos sea cual fuere el área abordada, sino una tarea creativa, donde las características concretas de los contenidos según cada área, el nivel de desarrollo de los alumnos, las singularidades de cada comunidad educativa, etc., son factores que el docente debe tener en cuenta para decidir la organización que adoptarán objetivos y contenidos en cada caso.

¿Qué es un contenido de enseñanza?
Antes de entrar de lleno en el proceso de secuenciación de contenidos, recordemos el concepto de contenido y sus tipos.
En términos generales, todo lo que se enseña a los alumnos y que estos deben aprender, se denomina contenido de enseñanza. En estos últimos tiempos los docentes hemos comenzado a discriminar los contenidos en diferentes “tipos”. Ander Egg (1996), elabora un cuadro del cual éste es una parte:





Ander Egg remite a Ausubel para redondear la idea:
«Cuando enseñamos, no sólo pretendemos que los alumnos sepan cosas nuevas (asimilen conceptos), sino que también pretendemos que aprendan a hacer cosas (procedimientos) y que desarrollen determinadas formas de ser y de pensar (actitudes). La educación gira en torno al triple eje de saber, saber hacer y aprender a ser.»

Concepto de «secuencia»

En un curso escolar no es posible trabajar todos los contenidos de un área a la vez. Por el contrario, es necesaria una distribución que debe ser acordada por el equipo docente, que se incluya en el proyecto curricular, y que permita dar continuidad y coherencia al proceso de enseñanza aprendizaje. A esto llamamos «secuencia». Es importante que el concepto de«secuencia», que implica orden y relación de objetivos y contenidos, no se confunda con el de «temporalización» que indica la planificación de los tiempos concretos en los que se van a desarrollar las secuencias en ella.La elaboración de secuencias supone una tarea colectiva de reflexión y toma de decisiones que debe realizarse en equipo, y por tanto requiere de un consenso entre sus miembros para garantizar su posterior aplicación en las aulas, propiciando una continuidad y coherencia en los procesos de aprendizaje de los alumnos a lo largo de la etapa.


Criterios para elaborar y analizar secuencias

Con respecto a la los aspectos que hacen a la selección y secuenciación de contenidos Sánchez Iniesta (1995) propone seguir como referencia ciertos criterios:1. Partir de los conocimientos previos de los alumnos.2. Realizar un análisis de los contenidos desde la lógica interna y características singulares de las disciplinas a las que pertenecen.3. Tener en cuenta, al analizar los contenidos, la capacidad de los alumnos para poder asimilarlos dentro de su nivel de desarrollo.4. Elegir un contenido organizador (conceptual, procedimental o actitudinal) de la secuencia (Ausubel propone los contenidos conceptuales para tal fin).5. Tener en cuenta todos los tipos de contenidos.6. Definir ejes de contenidos en función del eje organizador.7. Es conveniente que la secuencia de área elegida se relacione con los contenidos del resto de las áreas que componen la etapa.8. Los contenidos deben organizarse siguiendo una progresión.9. Es conveniente realizar un tratamiento cíclico de los contenidos.10. Es conveniente que la secuencia adopte una estructura que sea fácil de modificar por el docente.Los criterios anteriores pueden servirnos para analizar nuestras prácticas cotidianas, y así poder sistematizar conceptualmente lo que ya hacemos, o bien para descubrir y revalorizar aspectos que solemos dejar de lado. A continuación transcribimos parte del desarrollo que el autor hace de cada uno, lo que nos permitirá reflexionar sobre nuestros supuestos y experiencias:

1.Partir de los conocimientos previos de los alumnos.La secuencias incluidas en una determinada etapa educativa deberían enlazar con la inmediatamente anterior, para garantizar la progresión en los procesos de aprendizaje querealizan los alumnos. (...) Por otro lado, y ya dentro de cada secuencia, es conveniente que se incluyan, a lo largo de la misma, resúmenes y recapitulaciones que permitan recordar en un momento dado el camino recorrido en la secuencia de aprendizaje, para que los alumnos puedan seguir su hilo conductor, y a la vez recordar aquellos contenidos necesarios sobre los que construir los siguientes aprendizajes.

2. Realizar un análisis de los contenidos desde la lógica interna y características singulares de las disciplinas a las que pertenecen.Para elaborar la secuencia de un conjunto de conocimientos que pertenecen a una sola disciplina, o a varias englobadas en un área, los docentes debemos tener un conocimiento lo más amplio posible de esas disciplinas: su estructura interna, contenidos más relevantes, procedimientos más habituales que utiliza, aportaciones más importantes que hace a la cultura de la comunidad, etc. De entre todos estos factores, destacamos por su importancia el necesario conocimiento de la lógica interna que rige la organización de su cuerpo de conocimientos. Por ejemplo, las Matemáticas tienen una lógica bien distinta a las disciplinas que tratan el Medio Social, donde los fenómenos estudiados son más cambiantes y no se pueden cuantificar siempre de un modo exacto, debido a la mayor variación de los mismos a lo largo del tiempo.Si bien es muy posible que exista una variedad de opciones dependiendo de los autores consultados, en cualquier caso existe generalmente un orden lógico aceptado por los expertos en dicha disciplina, que recomienda estudiar unos contenidos antes que otros con el fin de poder progresar adecuadamente en el conocimiento de los distintos temas.Pues bien, ese orden así establecido va a servirnos para organizar en primer lugar los contenidos más importantes del área elegida, dentro de la etapa educativa que consideremos (Primaria, Secundaria, etc.).

3. Tener en cuenta, al analizar los contenidos, la capacidad de los alumnos para poder asimilarlos dentro de su nivel de desarrollo.Es preciso complementar el análisis anterior, con las aportaciones que nos llegan desde lapsicología evolutiva, es decir, adecuar el tratamiento del contenido a las posibilidades de aprendizaje que permite en cada momento el desarrollo de los alumnos a los que se dirige. Para ello, diversos estudios de psicología nos aportan referencias concretas de cuándo los alumnos pueden asimilar mejor, por ejemplo, los conceptos de volumen, cantidad, energía, etc. (...) Será necesario por tanto un análisis conjunto y complementario del contenido, en su orden lógico por un lado, y en las posibilidades que el alumno tiene de abordarlo conforme a su desarrollo evolutivo, por otro.4. Elección del contenido organizador.Para elaborar secuencias no podemos utilizar como referentes los distintos tipos de contenidos al mismo tiempo (conceptos, procedimientos y actitudes), ya que será muy difícil, cuando no imposible, encontrar criterios para fundamentar la conveniencia de tratar antes un concepto que una actitud, por ejemplo. (...) Es preciso, por tanto, que los criterios para la organización de contenidos tengan una coherencia, y para ello es conveniente que se actúe inicialmente sobre un solo tipo de contenido, conceptual, procedimental o actitudinal, de manera que el contenido elegido sirva de organizador y vertebrador de toda la secuencia, en torno al cual se irán abordando de un modo relacionado los contenidos de los otros tipos.Para Ausubel, el contenido organizador debería ser de tipo conceptual, pues piensa que nuestra estructura de conocimiento está formada por conceptos y las numerosas relaciones que se establecen entre ellos. Propone que, partiendo de los objetivos generales del currículo, se extraigael contenido de tipo conceptual de la disciplina o área que se va a secuenciar, tomando como punto de partida los conceptos más generales e inclusores, y a partir de ellos ir derivando el resto de conceptos más particulares relacionados con aquéllos, a través de jerarquías conceptuales, mediante una diferenciación progresiva de los mismos. Reigeluth, en su Teoría de la Elaboración, propone que además de los conceptos (en cuyo modo de secuenciarlos está completamente de acuerdo con Ausubel), podemos optar por los procedimientos como contenido organizador. Inicialmente definiría lo que llama el «epítome inicial», que es un conjunto de ideas fundamentales de la totalidad sobre lo que se va a trabajar. El epítome no está formado por todas las ideas, nitampoco es un resumen, sino que contiene las más importantes (es un plano general), que deben ser más generales y simples que el resto de contenidos que se vayan a secuenciara continuación. A partir del epítome inicial se desarrolla un segundo nivel de elaboración más concreto, que se denomina epítome ampliado, y así sucesivamente se va desarrollando el resto de contenidos. En las secuencias elaborativas de tipo conceptual, se incluyen en el epítome inicial los conceptos más generales e inclusivos, y en los sucesivos niveles de elaboración se presentan subclasificaciones más detalladas que los conceptos del epítome inicial; en general, son tipos o partes de éstos. Las secuencias elaborativas que toman como contenido organizador los procedimientos incluyen en el epítome inicial los más simples, es decir, aquellos que requieren un menor número de pasos o acciones y que se aplican a un mayor número de situaciones.En sucesivos niveles de elaboración incluiríamos versiones más complejas de estos procedimientos, que comportarían un mayor número de pasos para llegar al objetivo, y que se aplican de un modo más restringido a situaciones más concretas. Según las características de cada área, el contenido organizador que podemos elegir puede ser distinto. En el caso del área que estudia contenidos referentes al Medio Natural, Social y Cultural, parece más apropiada la organización en torno a los conceptos, mientras que para secuenciar contenidos de Matemáticas o Lenguaje, podríamos considerar tal vez más adecuados los contenidos de tipo procedimental.

5. Es Preciso tener en cuenta todos los tipos de contenidos.Si queremos que los alumnos respondan globalmente ante los aprendizajes propuestos, deben abordar los distintos tipos de contenidos de un modo equilibrado (que no significaigualitario). Si bien es cierto que cada cuerpo de contenidos se presta más, corno acabamos de ver, a la elección de un contenido organizador, éste necesita de los demás para poder desarrollarse adecuadamente. Los contenidos que acompañan tal organizador en el transcurso de la secuencia son los que Reigeluth define como contenidos de «soporte», de tal manera que si elegimos los conceptos, por ejemplo, es preciso acompañarlos de los procedimientos que el alumno va a necesitar para abordarlos, y de las actitudes que va a generar su tratamiento.

6. Ejes de contenidos.Una vez elegido el contenido organizador de la secuencia, es conveniente que se definan unos ejes de contenido que sirvan para vertebrar la organización de la misma. Estos ejes constituyen una línea encadenada de contenidos que facilitan una lectura rápida de la secuencia, así como una mejor orientación en la misma; esto favorece el desarrollo de la actividades programadas en el aula, que siguen así con mayor facilidad el desarrollo de una secuencia perteneciente a una etapa de larga duración. (...)

7. Es conveniente que la secuencia del área elegida se relacione con los contenidos del resto de áreas que componen la etapa.Los contenidos de las distintas áreas contribuyen, mediante su tratamiento conjunto, a la consecución de los objetivos generales de la etapa, de manera que se complementan y relacionan procurando ofrecer explicaciones globales de la realidad. Por tanto, dentro de cada secuencia es necesario prever un apartado dedicado a orientar las relaciones que se pueden establecer con otrasáreas, con el fin de facilitar la planificación posterior a nivel de aula.

8. Los contenidos deben organizarse siguiendo una progresión, que va desde los más generales y cercanos a la experiencia del alumno, hacia aquéllos más particulares y alejados de su realidad. Se intentará progresar, por tanto, desde lo más sencillo a lo más complejo.9. Es conveniente realizar un tratamiento cíclico de los contenidos.La organización de los contenidos sugerida en el criterio anterior no debe entenderse referida a una progresión lineal, sino que el tratamiento de los contenidos debe ser cíclico; es decir, en muchos casos no se trabajarán en un solo ciclo y por una única vez, sino que se irán abordandoen sucesivos niveles de complejidad a lo largo de los distintos ciclos de la etapa, en estrecha relación con el nivel de desarrollo y conocimientos de los alumnos.

10. Es conveniente que la secuencia adopte una estructura que sea fácil de modificar por el equipo docente, incorporando aquellas rectificaciones extraídas de la práctica diaria en el aula, que es donde las previsiones de la secuencia se someten a constante evaluación. Por tanto, una secuencia en la que solamente se incluye una distribución de contenidos por ciclos a modo de «montones» sin conexión entre ellos, nos proporciona unos conjuntos de contenidos con un carácter muy estático, donde la única posibilidad de modificación que nos permiten consiste en pasar contenidos de un ciclo a otro. Ahora bien, cuando una secuencia nos ofrece un orden en los contenidos a lo largo de la etapa y, sobre todo, presenta las relaciones que se establecen entre ellos, en este caso el docente puede introducir modificaciones parciales, surgidas puntualmente como consecuencia de la evaluación diaria de su trabajo en clase; lo que puede dar lugar a través del tiempo a una reconstrucción progresiva de toda la secuencia, convirtiéndola en un instrumento más personal de planificación.











Ampliar información en los siguientes vínculos:

http://redalyc.uaemex.mx/pdf/440/44025213.pdf





Referencias Bibliográficas:
• Ander Egg, E.; La planificación educativa; Magisterio del Río de la Plata; Buenos Aires; 1996.

• Sánchez Iniesta, T.; La construcción del aprendizaje en el aula; Magisterio del Río de la Plata; Buenos Aires; 1995.